Onicocriptosis

La onicocriptosis o comúnmente llamada “uña encarnada” es la afección del aparato ungueal donde la lámina ungueal con su propio crecimiento, lesiona los bordes de alrededor de ésta, lo que produce dolor, inflamación e incluso puede provocar infección. Es muy frecuente en el dedo gordo del pie, aunque puede aparecer también en otros dedos. Es más frecuente en edades comprendidas entre los 15 y los 40 años, y en la tercera edad se asocia a otras afecciones ungueales como onicogrifosis (uñas engrosadas) y/o antecedentes de hongos en las uñas.


Las principales causas son: corte incorrecto de las uñas, maceración/reblandecimiento de la piel por exceso de sudoración, uso de calzado apretado, traumatismos, presencia de alteraciones biomecánicas como un dedo en hiperextensión o un juanete, y la curvatura o morfología patológica de la uña que puede estar asociada a deformidad ósea.


Debido al dolor que produce, los pacientes a menudo refieren dificultad para caminar, para hacer deporte e incluso para calzarse o realizar actividades de su vida diaria. Por ello, supone uno de los motivos de consulta podológica más habituales, para el que en estadios iniciales se realiza un tratamiento conservador mediante la retirada de la espícula, el uso de pomadas antibióticas o antibióticos orales, y consejos para un correcto corte de la uña y para el manejo de factores agravantes como puede ser un exceso de sudoración o el uso de un calzado estrecho.


Los pacientes frecuentemente, refieren recurrencia, lo que lleva a muchos de ellos a buscar soluciones definitivas a esta patología. En estadios iniciales, puede intentarse la reeducación del crecimiento de la lámina ungueal para solucionar el proceso sin llegar a la cirugía, a través del tratamiento con cánulas plásticas, ortonixias plásticas y/o metálicas, y reconstrucciones ungueales mediante gel o resina. Pero, cuando estos tratamientos no son suficientes hay que valorar la opción quirúrgica bien sea por técnicas químicas como el fenol-alcohol o técnicas mecánicas. Las técnicas mecánicas están indicados en los casos en los que existe una gran hipertrofia de los pliegues ungueales y/o presencia de deformidad ósea. En el resto de los casos, la técnica química, que consiste en la aplicación de un químico en la porción de matriz ungueal afectada, siendo el fenol el más utilizado, es un método sencillo, rápido y eficaz, que soluciona esta patología, conservando la parte de la lámina ungueal sana.

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